En un mensaje escrito en sus redes sociales, la joven Gabriela Lambert, víctima de abuso sexual por parte de Marcelo de los Santos Pizzuto, nieto del exgobernador Marcelo de los Santos Fraga y del exalcalde Guillermo Pizzuto Zamanillo, hizo una serie de acusaciones y comentarios en torno a su caso, por el cual, abandonó San Luis Potosí por miedo.
La joven enlistó una serie de situaciones: “para todas las personas que siguen siendo insuficientes las razones de mi lucha, les hago una lista de algunas de las cosas que he tenido que soportar durante todo este tiempo”, escribió.
Empezó su relato con la fecha en la que fue violada, el 13 de marzo del 2022. Continúa relatando como sus “amigas” y “amigos” —lo escribe tal cual, entrecomillado—, quienes supuestamente la apoyaban, no solo la fueron abandonando durante este tiempo, sino que, además, algunos testificaron en su contra.
También hizo énfasis en el miedo que le ha provocado esta situación, por el cual no salió de su casa durante casi cuatro meses dado que su agresor —hoy preso— vivía en su misma privada: “en San Luis me siento muy insegura, son contadas las veces que he salido sola de mi casa, desde que la agresión pasó”, escribió en seguida.
Como una práctica del viejo régimen prianista en San Luis Potosí, su primer asesor jurídico la traicionó, además, afirma que funcionarios de la Fiscalía de San Luis Potosí estuvieron protegiendo al agresor desde el inicio del proceso, “pero gracias a Dios nos dimos cuenta a tiempo para cambiar el rumbo de la denuncia”.
Este hecho provocó que acudiera a la justicia en el estado de Guerrero: “he tenido que ir a Acapulco varias veces porque ahí logramos conseguir la orden de aprehensión y sé perfectamente que, si mi agresión hubiera pasado en San Luis, jamás hubiéramos logrado algo”.
En seguida, en su larga lista de 29 puntos, Gabriela acusa diversas situaciones, como: revictimización, traumas, lucha contra familias poderosas de San Luis Potosí, tuvo que guardar silencio y aguantas críticas y chismes, amistades falsas, problemas familiares y de pareja, mentiras de su agresor y sus familiares, depresión postraumática, entre otras.
“No lo hago para que me tengan lastima, si no para que conozcan el difícil proceso que enfrentamos y sin el apoyo de las personas y autoridades es aún más complicado. Los invito a que se unan y levanten la voz para apoyar a personas violentadas y no solapar ningún tipo de abuso.
“Yo era indiferente, yo vivía en mi burbuja donde claramente las cosas no estaban bien, pero decidí no hacer nada al respecto. Me tuvo que pasar para darme cuenta de todo el daño, agresiones y discriminaciones que había dejado pasar dentro de mi círculo.
“Así que, por favor, no te esperes a que te pase, actúa, infórmate, lucha y apoya la causa, para algún día erradicar este gran problema que vivimos todos los días”, concluye la joven.
