LAS VÍCTIMAS DE LOS NARCOPANISTAS.

o que antes se leía con estupor en los medios ya empezaba a suceder en San Luis Potosí. Ganaderos de la huasteca secuestrados o extorsionados, comercios exitosos que debían pagar derecho de piso, dueños de talleres levantados y jamás vueltos a ver fueron las víctimas de los narcopanistas potosinos, que vendieron la plaza al crimen y cerraron los ojos a sus barbaries

Los levantones a empresarios, comerciantes, ganaderos, dueños de talleres mecánicos y hasta a vendedores de discos piratas en San Luis Potosí comenzaron a registrarse cuando Marcelo de los Santos Fraga era Gobernador del Estado.

Las familias potosinas, metidas en su trabajo para su supervivencia, estaban lejos de pensar cómo era que, de repente, a partir del año 2003, la delincuencia llegara a imponer el terror en esta Entidad.

Ahora queda claro que el entonces jefe nacional de la seguridad, Genaro García Luna, por órdenes del presidente Felipe Calderón, vino a San Luis Potosí en esa época a cabildear con Marcelo de los Santos Fraga (todos éstos de extracción panista) la entrega de la plaza al cártel de Sinaloa.

Comenzaron los desaparecidos. Lo que antes se leía con estupor en los medios ya empezaba a suceder en San Luis Potosí. Ganaderos de la huasteca secuestrados o extorsionados, comercios exitosos que debían pagar derecho de piso, dueños de talleres levantados y jamás vueltos a ver fueron las víctimas de los narcopanistas potosinos, que vendieron la plaza al crimen y cerraron los ojos a sus barbaries.

Cuando De los Santos Fraga asumió el gobierno estatal, el secretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna impuso sus tentáculos para permitir el paso de cocaína, mariguana y otros estupefacientes por San Luis a cambio de cobros de hasta 5 millones de dólares a repartir.

García Luna, hoy condenado en Estados Unidos por traficar drogas a dicho país, ordenó a un obediente Marcelo remover a sus jefes policiacos e impuso en el sistema de seguridad estatal a Marco Antonio Novella, Víctor Hugo Ramos Ortiz, Cesáreo Carbajal Guajardo, José Eduardo Baca González y hasta al procurador del Estado: Francisco Martín Camberos. Con estos personajes le hicieron el trabajo fácil al cártel de Sinaloa y, junto a Marcelo de los Santos, se llenaron de dólares.

Y nunca hubo garantías para los potosinos en este trato a gran altura entre los panistas y el narco, porque, desde Tamaulipas llegaron Los Zetas a disputarse la plaza con el cartel “oficial” y las balaceras en Lomas del Tecnológico, en la calle Independencia y en cientos de comunidades de las cuatro zonas del Estado fueron “el pan” de cada día. Fue el PAN el que permitió la barbarie en San Luis Potosí. Y el PRI se quedó con la concesión criminal los siguientes dos sexenios

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