UN VOLCÁN ESTALLA EN LA PENÍNSULA ISLANDESA DE REYKJANES SEMANAS DESPUÉS DE LA EVACUACIÓN DE LA CIUDAD

Un volcán protagonizó una impactante erupción este lunes en Islandia, con espectaculares explosiones de lava y humo que iluminaron el cielo nocturno después de semanas de actividad sísmica que llevaron a la evacuación de una ciudad cercana.

La erupción en la península de Reykjanes comenzó alrededor de las 10:00 p.m. hora local, después de un terremoto registrado una hora antes, según informó la Oficina Meteorológica de Islandia en un comunicado.

La oficina detalló que la erupción tuvo lugar cerca de Hagafell, a unos 3 kilómetros al norte de la ciudad de Grindavík.

La Guardia Costera de Islandia compartió un vídeo en Facebook que muestra uno de sus helicópteros en el lugar de los hechos, sobrevolando una extensa línea de lava incandescente que brota de la fisura en el suelo. El aire está lleno de humo e iluminado con tonos anaranjados y rojos.

En un comunicado emitido este martes, el gobierno de Islandia informó que la fisura recién abierta tiene casi 4 kilómetros de extensión. Esta es la cuarta erupción en la zona desde 2021 y es la más grande hasta la fecha, añadió el comunicado.

El mes pasado, se emitió una orden de evacuación para Grindavík y los asentamientos cercanos, que prohibía a los residentes permanecer en sus hogares durante la noche debido a la amenaza de una erupción volcánica, según informó la emisora pública RÚV.

La ciudad, que cuenta con más de 3.000 habitantes y en un momento dado estuvo en riesgo de ser alcanzada por la lava en movimiento, ahora está deshabitada, reportó RÚV citando a la policía. Grindavík es un destino popular entre los turistas, ya que se encuentra a unos 7 kilómetros del famoso balneario geotérmico Blue Lagoon.

El gobierno de Islandia señaló que la erupción no representa una amenaza para la vida en su comunicado. La zona está cerrada al tráfico y se insta a las personas a que no se acerquen, advirtió.

Aunque no se espera que la erupción afecte a áreas habitadas ni a infraestructuras críticas en los próximos días, no se anticipa que alcance Grindavík. Sin embargo, está liberando gases tóxicos «considerables», según la Oficina de Turismo de Islandia.

«Se desaconseja encarecidamente visitar el lugar de la erupción mientras los equipos de respuesta y los científicos evalúan la situación», añadió la Oficina de Turismo.

Hasta el momento, no hay alteraciones en los vuelos hacia y desde Islandia, y los corredores de vuelos internacionales siguen operativos, informó el gobierno.

Se destacó que la erupción está catalogada como una erupción fisural, la cual generalmente no conlleva grandes explosiones ni produce cantidades significativas de ceniza dispersada en la estratosfera.

Durante las primeras dos horas de la erupción, se liberaron cientos de metros cúbicos de lava por segundo, según la Oficina Meteorológica de Islandia. Sin embargo, la intensidad de la erupción y el nivel de actividad sísmica en la zona habían disminuido a primera hora del martes, con la lava extendiéndose lateralmente desde ambos lados de las nuevas fisuras.

La intensa serie de cientos de sismos del mes pasado llevó a la declaración de un estado de emergencia nacional, después de que la Agencia de Protección Civil del país advirtiera sobre la formación de un túnel de magma que podría alcanzar Grindavík.

«Es evidente que nos enfrentamos a eventos que los islandeses no habíamos experimentado antes, al menos desde la erupción de Vestmannaeyjar», señaló la agencia, haciendo referencia a la erupción de 1973 que comenzó sin previo aviso y destruyó 400 viviendas.

La Laguna Azul, conocida por sus aguas termales, cerró temporalmente el mes pasado tras los primeros indicios de una posible erupción. Aunque reabrió sus puertas a los turistas el domingo, anunció el martes que cerraría de nuevo debido a la erupción.

En noviembre, las autoridades informaron que estaban trabajando en la creación de una zanja de protección alrededor de una central geotérmica ubicada a unos 7 kilómetros de Grindavík. Esta central provee electricidad y agua geotérmica para la calefacción de las viviendas de una población de 30.000 habitantes en la península.

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