A Enrique Galindo, el alcalde viajero, le importa más el robo de una estatua de bronce ocurrido en pleno Centro Histórico de la capital potosina, que el asesinato de un joven víctima de atraco, ocurrido a una cuadra de distancia.
Galindo ordenó a su jefe policiaco, Antonio Villa, diera una rueda de prensa para deslindarse del robo de la estatua de “la sirena” ubicada en la Plaza del Milenio en Avenida Reforma, entre Francisco I. Madero y Venustiano Carranza, pero cuando ocurrió el atraco y asesinato de del joven Sea, ocurrido a una cuadra de distancia, en Carranza y Tomasa Esteves, no salieron a dar la cara, incluso lo ocultaron tratando que el homicidio pasara desapercibido, pero salió a la luz a través de redes sociales.
Para Enrique Galindo, el síudadano del mundo, es más importante el robo de la escultura que la vida de un joven de 24 años de edad que conmocionó a la sociedad, pero que al alcalde y su policía no les quitó el sueño ni el hambre. Hoy está claro que en la capital del sí, es más valiosa una estatua que la vida de un ciudadano.
