Previo a la disputa de los Clásicos Nacionales por la jornada diez del Grita México Clausura 2022, las directivas de Chivas y América han lanzado la campaña “Clásico sin Colores” en respuesta a los violentos acontecimientos que sucedieron en el Estadio Corregidora durante el duelo entre Querétaro y Atlas. Entre otras determinaciones, destaca la ausencia de la barra local de Guadalajara para el juego.
Las repercusiones que atraviesa el fútbol mexicano por lo ocurrido en la fecha nueve continúan sumando medidas para evitar que se repita un capítulo como el vivido en la fecha nueve de la Liga MX y que ha resonado a nivel internacional por lo grotesco. Esta vez, son los clubes más ganadores y populares quienes lideran el balompié con una nueva cruzada en favor de la paz.
Como una propuesta en conjunto, el juego de mayor rivalidad a nivel nacional será el escenario para mandar un mensaje de total rechazo a cualquier tipo de violencia en los recintos, según lo expuestos por los equipos. “Invitamos a las aficiones a expulsar al miedo y a la violencia de nuestras canchas, asistiendo a ambos partidos vestidos de blanco”, se lee en el comunicado.
El anuncio se da a tan sólo un día de darse a conocer las medidas que los directivos rojiblancos implementarán para la fecha diez de manera unilateral, en donde negará el acceso a sus propios grupos de animación hasta nuevo aviso, pero sin ser esta una decisión definitiva. En conferencia de prensa durante la presentación de la campaña, fue Amaury Vergara, dueño del Guadalajara, quien así los explicó.
“No es ni expulsión, ni castigo a nuestros grupos de animación, es un mensaje de Chivas, de unión, y creemos que con esto podemos mandar un mensaje a todos los equipos, ellos están muy conscientes, muy dolidos porque por culpa de ‘criminales’ ellos se ven afectados”, dijo el propietario.
Tanto en la categoría varonil como en la femenil, América y Chivas jugarán entre sí. El primero de los Clásico es en la Liga MX el sábado 12 de marzo a las 21:00 horas en la cancha del Estadio Akron. Además del contexto violento, el juego se presenta en una crisis de resultados para las Águilas.
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