La comunidad de la colonia Rivas Guillén, en la capital de San Luis Potosí, está conmocionada tras el trágico atropellamiento de Rea, una perrita que había sido parte de su vecindario durante 14 años. Rea fue embestida en dos ocasiones por un vehículo perteneciente a un residente de la misma colonia. La segunda vez, ocurrida el fin de semana pasado, resultó fatal. El incidente tuvo lugar en la privada Plan de Ayala, en Soledad de Graciano Sánchez, San Luis Potosí.
Los vecinos relataron que Rea fue atropellada por primera vez el 24 de mayo por un habitante de la zona, quien fue identificado pero no asumió su responsabilidad, dejando a los vecinos encargarse de los gastos médicos de la perrita. La segunda embestida, el 9 de agosto, le quitó la vida.
La indignación entre los residentes es palpable. Elsa, una vecina de la colonia, compartió que el responsable del atropello se ha negado a enfrentar las consecuencias de sus actos. «Rea era muy querida por todos, y el conductor no mostró ninguna intención de ayudar. Ni siquiera quiso llevarla a cremar. Nosotros denunciamos el caso, pero él se llevó el cuerpo de Rea y no sabemos qué hizo con ella», lamentó Elsa.
Además, Elsa señaló que este no es un incidente aislado, ya que el mismo conductor ha estado involucrado en otros atropellamientos de mascotas en la misma cuadra. «Este vecino maneja a alta velocidad en la privada, donde hay niños y mascotas. Queremos que se haga justicia, porque hoy fue Rea, pero mañana podría ser uno de los niños», advirtió Elsa.
La comunidad ha presentado una denuncia ante las autoridades, esperando que se tomen las medidas necesarias para prevenir futuras tragedias. En San Luis Potosí, el maltrato animal es considerado un delito, con penas que pueden ir desde 4 meses hasta 6 años de prisión, y multas de 150 a 500 días del valor de la Unidad de Medida y Actualización (UMA) vigente.
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