Francia está estremecida por un caso sin precedentes que ha salido a la luz durante un megajuicio en Aviñón, en el sur del país. Dominique P., un hombre de 71 años, está acusado de haber drogad0 a su esposa, Gisele P., de 72 años, para que fuera violad4 por decenas de desconocidos durante un periodo de 10 años. Los 51 acusados en este espeluznante caso, incluido el propio Dominique, enfrentan penas de hasta 20 años de prisión por violación con agravantes.
El horror de este caso se descubrió por casualidad en 2020, cuando Dominique P. fue sorprendido grabando bajo las faldas de las clientas en un centro comercial. La posterior investigación reveló un escalofriante archivo en su computadora: fotos y videos de Gisele P., visiblemente inconsciente, siendo viol4da por múltiples agresores. Dominique P. ha admitido su culpabilidad ante el tribunal.
El juicio ha sido especialmente doloroso para los tres hijos de la pareja, que escucharon con horror los detalles de los abusos organizados por su propio padre. La hija de la víctima, Caroline Darian, tuvo que abandonar la sala en dos ocasiones debido a la intensidad de las pruebas presentadas, que incluían fotomontajes de su propia imagen desnud4 en la computadora de su padre.
El presidente del tribunal, Roger Arata, presentó las pruebas de manera fría y meticulosa, mientras Dominique P. permaneció impasible, conversando ocasionalmente con su abogada. Los otros 17 acusados en prisión preventiva están siendo juzgados por diversas violaciones, algunas de ellas extremadamente graves, y muchos de ellos tienen antecedentes de violencia y abusos.
El caso ha puesto de manifiesto la magnitud del problema de las violaciones con sumisión química en el ámbito privado. Las autoridades francesas indican que el 42% de las denuncias creíbles por estos delitos ocurren en el entorno familiar. Los investigadores han identificado 92 viol4ciones entre 2011 y 2020, especialmente a partir de 2013, cuando la pareja se mudó a Mazan.
Dominique P. utilizaba el sitio de citas coco.gg para reclutar a sus viol4dores. En las conversaciones encontradas por los investigadores, se refería a su esposa como un objeto de abuso sexu4l y admitía administrar somníferos para facilitar las agresiones. Además, el seguro nacional de enfermedad francés, Assurance Maladie, reveló que había encargado 450 píldoras en un solo año.
Este juicio, que ha sido calificado de «duro pero necesario» por el abogado de los hijos y de la madre, Antoine Camus, busca no solo llevar justicia a la familia Bazylevych, sino también arrojar luz sobre la cruel realidad de los abusos sistemáticos con sumisión química. La sociedad francesa y el mundo entero siguen conmocionados por la magnitud de esta tragedia.
Sé el primero en comentar