Estados Unidos advirtió este martes a Bielorrusia que su gobierno también enfrentará represalias si ayuda a Rusia a invadir a la vecina Ucrania. «También hemos dejado claro a Bielorrusia que si permite que su territorio sea usado para un ataque a Ucrania, se enfrentará a una respuesta rápida y decisiva de Estados Unidos y nuestros aliados y socios», dijo el vocero del Departamento de Estado, Ned Price, a periodistas.
«Si se produjera una invasión desde Bielorrusia, si las tropas rusas se estacionaran permanentemente en su territorio, la OTAN podría tener que reevaluar nuestra propia postura de fuerza en los países que limitan con Bielorrusia», puntualizó Price.
El hombre fuerte de Bielorrusia desde hace tiempo, Alexandre Lukashenko, es un aliado del presidente ruso, Vladimir Putin, y ha sofocado protestas masivas que cuestionan la legitimidad de su elección. Lukashenko anunció el mes pasado que Rusia realizará ejercicios militares con Bielorrusia, lo que llevó a Estados Unidos a advertir que armas nucleares podrían ingresar al país. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, también dijo que consideraría imponer sanciones económicas personales a Vladimir Putin si el mandatario ruso ordena un nuevo ataque contra Ucrania.
«Sí, lo revisaría», dijo Biden al ser preguntado por periodistas en Washington Pero el mandatario dijo que «no hay intención» de enviar tropas de Estados Unidos o de la OTAN a Ucrania, pero advirtió nuevamente a Rusia de que se enfrentará a severas sanciones si ordena un ataque a ese país.
Los líderes ucranianos intentaron tranquilizar el martes al país asegurando que la temida invasión de la vecina rusa no es inminente, aunque admitieron que la amenaza era real y esperaban recibir un cargamento de equipamiento militar estadunidense para reforzar sus defensas.
Rusia niega estar planeando un ataque, pero ha acumulado unos 100 mil soldados cerca de Ucrania en las últimas semanas, lo que ha hecho que Estados Unidos y sus aliados de la OTAN se apresuren a prepararse para la posibilidad de una guerra.
El presidente ucraniano Volodimir Zelensky dijo el lunes por la noche que la situación estaba «bajo control» y no había «motivo para el pánico». El ministro ucraniano de Defensa, Oleksii Reznikov, dijo que hasta el lunes las fuerzas rusas no habían formado lo que describió como grupos de batalla, «lo que habría indicado que mañana lanzarían una ofensiva». «Son situaciones arriesgadas. Son posibles y probables en el futuro», dijo Reznikov el lunes a la televisora ucraniana ICTV. «Pero hasta hoy, (…) esa amenaza no existe».
Oleksiy Danilov, secretario del Consejo ucraniano de Seguridad Nacional y Defensa, hizo declaraciones similares y dijo que el movimiento de las tropas rusas cerca de la frontera «no es noticia». «Hasta hoy, no vemos ninguna base para declaraciones sobre una ofensiva plena sobre nuestro país», dijo Danilov el lunes.
Rusia ha dicho que las acusaciones occidentales de que prepara una invasión son simplemente una tapadera para las provocaciones planeadas por la OTAN. El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, acusó de nuevo el lunes a Estados Unidos de «fomentar las tensiones» en torno a Ucrania, un antiguo estado soviético con el que lleva inmerso en agrias disputas desde hace casi ocho años.
La decisión estadunidense de poner en alerta a tropas en su territorio para un despliegue a Europa sugiere que se habrían reducido las esperanzas de que el presidente Putin dé marcha atrás de en lo que el propio presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha descrito como una amenaza de invadir la vecina Ucrania.
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