Tras la investigación realizada por el reportero Carlos Loret de Mola publicada en los portales LatinUs y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, en el que revelaron que Carolyn Adams y José Ramón López Beltrán viven en una lujosa casa ubicada en Houston, Texas, donde además de alberca, tiene una sala de cine. Ha sido acompañado por múltiples críticas de la oposición por los dichos de “austeridad republicana” con los que se maneja la Cuarta Transformación.
Esta crítica ha traspasado fronteras, pues en fechas recientes el senador republicano por el estado de Texas, Ted Cruz, pidió al presidente norteamericano Joe Biden presionar al Presidente mexicano, AMLO, para frenar la violencia contra periodistas en el país.
A estos señalamientos se sumó también el columnista Michael Reid “Bello” del diario inglés The Economist, quien consideró que estas informaciones contra de Ramón López Beltrán primogénito del Presidente se pueden considerar como un “cambio de juego” en su sexenio, donde la primicia ha sido “gobernar con el ejemplo”.
El Periodista, aseguró que las acciones tomadas por el presidente, en las que ha arremetido sin piedad contra Carlos Loret de Mola, Claudio X. González, entre otros, es porque “siente claramente el peligro” detrás de las acusaciones.
“Desde que saltó la noticia el mes pasado, en sus conferencias de prensa matutinas de varias horas ha seguido el libro de texto populista de distraer la atención inventándose enemigos del pueblo”, escribió el periodista. Entre esos enemigos, Reid destacó a Loret de Mola, al gobierno español a quienes amenazó con pausar las relaciones.
El periodista consideró que AMLO tiene que rendir cuentas a México, como lo que consideró un deficiente manejo de la pandemia, la recuperación tardía de la economía, y el aumento en los delitos violentos.
Concluyó que Andrés Manuel López Obrador tiene un gran reto por enfrentar, pero sin duda, se esforzará con todas sus ganas para evitar que el escándalo de su primogénito en Houston se convierta en un símbolo dentro de su gobierno, y para toda la historia.
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