En medio de las celebraciones por la Independencia de México, un sentimiento de incertidumbre y preocupación recorre el país. Algunos sectores de la sociedad están levantando la voz para señalar que no hay nada que festejar este 16 de septiembre. En lugar de conmemorar la libertad ganada hace 214 años, muchos afirman que la democracia, la libertad y el Estado de derecho están en peligro como nunca antes.
Este sentimiento nace de la percepción de que las instituciones que sostienen al país están perdiendo fuerza ante decisiones políticas que, según algunos, amenazan con destruir los pilares sobre los que se construyó la nación mexicana. La reciente reforma al Poder Judicial, aprobada con gran polémica en el Senado, ha sido vista por críticos como una muestra del debilitamiento de las instituciones democráticas. A medida que estas reformas avanzan, crece el temor de que los contrapesos esenciales que garantizan la equidad y la justicia en el país se estén desmoronando.
Algunos sectores señalan que, con estos cambios, la independencia judicial podría verse comprometida, poniendo en peligro las libertades civiles y el Estado de derecho. Para ellos, el rumbo actual del país deja poco margen para el optimismo. Mientras los partidarios de las reformas defienden que buscan fortalecer al Estado y poner fin a prácticas corruptas, los detractores temen que el verdadero objetivo sea concentrar el poder en manos del gobierno, erosionando los derechos ciudadanos en el proceso.
Sé el primero en comentar