Una sequía que no parece ceder en Estados Unidos está acabando con cientos de cachorros de lobo mexicano. Esto, sumado a granjeros que los eliminan con tal de proteger su ganado, ha contribuido a que la población de este animal disminuya drásticamente. Las olas de calor extremo aumentan la mortalidad de esta especie porque no tienen acceso al agua. De acuerdo con U.S. Fish and Wildlife Service, menos del 40 por ciento de los cachorros de lobo mexicano logran sobrevivir a sus primeros meses de vida.
En el sur de Estados Unidos, donde existen unos 200 ejemplares distribuidos entre Nuevo México y Arizona, los ganaderos siguen preocupados por la muerte del ganado a causa de los lobos, y afirman que han hecho esfuerzos por ahuyentar a los depredadores mediante jinetes, disparos no letales de armas de fuego y banderas colocadas en las vallas cercanas al ganado. Los funcionarios también instalan escondites para alimentar a los lobos con el fin de alejarlos del ganado.
«La ganadería es una forma de vida en nuestro distrito y la liberación de estos lobos sin una gestión adecuada está quitando a nuestra comunidad el derecho a ganarse la vida», dijo la representante estatal, Rebecca Dow, del partido Republicano.
Las autoridades han hecho esfuerzos por concientizar a la población pero todavía hay pobladores que insisten en que su estilo de vida se ve afectado por los lobos. Actualmente hay unos 380 lobos mexicanos viviendo en más de 60 zoológicos y otras instalaciones. En México, la población en estado salvaje es de unos 40 ejemplares.
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