Parte de los rincones y lugares que tiene la capital potosina que puede ofrecer para todo aquel que quiera venir a visitar, conocer o si eres potosina(o), puedes visitar el Jardín de San Francisco, que se encuentra en el centro de la ciudad.
Originalmente la plazoleta formaba parte del Templo y Convento Franciscano, el cual fue parcialmente destruido en la época de la Reforma. El 25 de junio de 1856, Ignacio Comonfort, presidente sustituto de la República, expidió el Decreto sobre Desamortización de Fincas Rústicas y Urbanas de las Corporaciones Civiles y Eclesiásticas, también conocido como la Ley Lerdo. De igual forma expidió el Reglamento de la Ley de Desamortización el 30 de junio del mismo año.
La promulgación de estas leyes derivaron en la expropiación de bienes eclesiásticos por parte del Estado para convertirlos en propiedad pública, así los grandes conventos se transformaron en instituciones de gobierno, escuelas públicas, calles, parques o jardines. En San Luis Potosí el convento Franciscano, de ser un conjunto cerrado, se convirtió en una plaza pública, así fue como nació el Jardín de San Francisco.
Durante el gobierno de Carlos Diez Gutiérrez, inspirado en los jardines franceses, embelleció este espacio y lo convirtió en Jardín, que destacaba por sus grandes árboles y su fuente. En 1871 se instalaron las primeras bancas de cantería.
En la década de 1970 la plaza se integró en su totalidad para hacerla peatonal. Al centro del jardín se instaló una fuente, diseño del Arq. Francisco Javier Cossío Legarde y realizada por el escultor Joaquín Arias. En el costado norte se colocó la escultura de Vicente Guerrero, atribuida al taller del escultor académico Jesús Contreras de finales del siglo XIX.
Este jardín es uno de los más tranquilos de la ciudad y el preferido como punto de reunión para muchos potosinos. Si un día te animas a visitar la capital potosina, no dudes en visitar este encantador espacio de los que ofrece San Luis Potosí.
